miércoles, 15 de mayo de 2013

Par de Funciones para el Pueblo


El pueblo disfrutó del Cirque du Soleil
14/05/13.- “Algo nunca visto en Venezuela. Fuera de lo común”, así describió Gladys Hidalgo, integrante de un consejo comunal de Las Mayas, la función del Cirque du Soleil que disfrutó ayer en el Poliedro de Caracas totalmente gratis.
Tanto Gladys como otros habitantes de la ciudad capital que forman parte de los consejos comunales de diversas parroquias, pudieron deleitarse con dos funciones del espectáculo Dralion.
Las entradas al gran evento circense fueron otorgadas por el Gobierno Bolivariano a las comunidades organizadas de la capital, a las escuelas y a algunos entes de la administración pública.
El ballet del la compañía canadiense desbordó elasticidad, destreza, valentía, magistralidad, humor, acrobacias, malabarismo, música en vivo, luces, colores y especialmente magia, pues parecía que los personajes salían del cielo, del suelo o de cualquier otra parte para sorprender al público.
Al principio, dos hombrecillos escenificaron una comedia e interactuaron con el público haciendo varias piruetas y los presentes no tardaron en soltar carcajadas y aplausos.
“Fue espectacular la coreografía, la escenografía, el vestuario. Es una emoción para los niños y les enseña como personas el compromiso de hacer este tipo de juegos con mucho entrenamiento. Este tipo de actividades aleja a las personas de las drogas”, expresó Jonathan Medialdea, quién disfrutó del montaje con su hijo.
Los invitados del presidente Nicolás Maduro comentaron, mientras hacían la cola para entrar, que los boletos se los entregaron unos funcionarios del Gobierno durante un acto que se realizó en el Teatro Teresa Carreño el pasado sábado 11 de mayo y otros dijeron que en sus puestos de trabajo distribuyeron las entradas gratuitas.
En el performance actúan alrededor de cien personas, entre ellas 50 artistas de más de 16 países. Los miembros de la compañía explicaron recientemente en una rueda de prensa que la propuesta muestra la defensa de los cuatro elementos del planeta (agua, tierra, fuego y aire) y la unión de múltiples culturas.
Indicaron que dentro de los personajes de Dralion resaltan Oceane, diosa del agua cuyo vestuario está inspirado en la cultura hindú y Azala, la deidad del aire, quien tenía como misión resguardar el Sol y la inmortalidad.
Yao es otro de los protagonistas del evento que escenifica la guía de los demonios y se destaca por sus movimientos de artes marciales llenos de energía y fuego. Como representación de la divinidad de la tierra actúa Gaya, quien con su paleta ocre y sus saltos de ritmo africano fusiona la vitalidad y el calor humano.
La interacción y conexión de estos personajes en escena son una muestra de la más pura armonía entre los diversos elementos de la naturaleza.
La actuación de Dralion, un animal que es mitad dragón y mitad león, fue fuertemente ovacionada por el público caraqueño. Este número es interpretado por dos personas, una lleva la máscara que representa las patas delanteras, mientras que otra se convierte en el lomo y en las patas traseras del mítico personaje.
El Cirque du Soleil llegó a nuestro país el pasado 25 de abril y tenían planificado culminar su gira el pasado domingo, pero postergaron su salida para cerrar con dos funciones gratuitas.
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El ballet más visto
La compañía de circo más grande del mundo fue fundada en Canadá por los exartistas callejeros Guy Laliberté y Daniel Gauthier en 1984.
El número de artistas y organizadores que participan en cada uno de los espectáculos se ha multiplicado en menos de tres décadas hasta alcanzar unas 5 mil personas provenientes de diversos países.
La temática de los espectáculos, el maquillaje, las destrezas de los artistas, el vestuario y la majestuosidad de sus producciones han captado a más de cien millones de espectadores desde su creación.
Ayer, los realizadores de más de 29 montajes alrededor del mundo partieron de Caracas para continuar su gira latinoamericana en Panamá.
Testimonios:
Fuente: Cuidad CCS

martes, 14 de mayo de 2013

Crónica en Siria (VIII)

por: Mario Casartelli

Desde Medio Oriente.

Omram Al-Zoubi Foto: LaRadiodelSur

Mientras prosiguen enfrentamientos en los extramuros de Damasco y otras ciudades, veo aquí, en Beirut, que el ministro de Información de Siria, Omram Al-Zoubi, dice por televisión que “optar por la solución política a la crisis en Siria, con un diálogo nacional que no excluye ni descalifica a nadie y abarca todos los temas, es una iniciativa siria desde el inicio de esta crisis”. Se refiere a los resultados de la reciente reunión entre el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, con su homólogo de EE.UU., John Kerry. Y expresa su optimismo al respecto, advirtiendo que “las palabras no son suficientes¨.

“Es necesario saber antes si el entendimiento ruso-estadounidense (sobre la importancia y la necesidad de la solución política como alternativa única) se aplica a todos, y si para los estadounidenses y sus aliados es una opción en secreto y en público”, agrega.

Y aclara que la participación de Siria en esa Conferencia Internacional depende de los detalles y de la evolución de los acontecimientos. “La decisión de intentar una solución política es clara y evidente. Hay que apoyar los esfuerzos internacionales positivos, pero al mismo tiempo afrontar al terrorismo, porque Siria no va a prestar a ninguna acción o esfuerzo político o diálogo o una reunión que afecte, directa o indirectamente, la soberanía nacional”

Conocimos la agudeza mental de Omram Al-Zoubi cuando lo entrevistamos en Damasco, donde nos recibió en su oficina. Aquella vez a habló sin titubeos de la compleja situación por la que está atravesando su país. De aquel encuentro, rescato lo siguiente:

“Sobre la crisis hay mucha confusión, generada por los medios de comunicación de las multinacionales de Occidente y sus aliados de países árabes. Mientras nosotros nos tomamos el debido tiempo para investigar el cómo y el porqué de algunos hechos, ellos propalan de inmediato sus versiones interesadas.

“Comprobamos, una vez más, que todo es parte de un complot internacional debido a la naturaleza pacífica y a la vez firme posición de Siria, que es el único país árabe que no recibe dictámenes de los EEUU. Este acoso no es reciente, data de décadas.

“Al inicio de la crisis, en marzo de 2011, no había claridad sobre lo que estaba ocurriendo en el país. Eso hizo que muchos lo catalogaran como parte de la llamada Primavera Árabe. Pero ese concepto de Primavera está muy ajeno a la verdad, sobre todo si se tiene en cuenta que lo de Libia fue un ataque por parte de Estados Unidos y de la OTAN. También en Túnez el movimiento fue preparado por servicios de inteligencia externos, mientras que en Egipto, se perpetró un golpe de Estado.

“Claro, Siria es un caso diferente, con un perfil histórico, político y cultural bien definido: es el único país de la región que enfrenta a Israel y mantiene inalterable en que los palestinos deben tener su propio Estado.

“Esta posición nos convierte en blanco de constantes agresiones. Y todo no es más que un ajuste de cuentas al pueblo sirio por mantener con dignidad su frente en alto y resistir. Por eso, hoy, más que nunca, necesitamos el apoyo de los Estados amigos. Porque las bandas mercenarias que aquí operan son financiadas por las potencias occidentales y gobiernos de Medio Oriente, y quieren destruir la nación y tumbar al gobierno. Pero el pueblo sirio y el Ejército están preparados para luchar hasta la última gota de sangre en defensa de la patria.

“Nuestra gente está indignada y exige respuesta contundente, pero nosotros evitamos caer en provocaciones. No entramos en ese juego que agentes externos maquinan, porque la política de un Estado no debe sustentarse en impulsos. Sin embargo, esta posición no significa que nuestra nación tolerará un ataque similar. A partir de ahora, la orden de responder, sin vacilaciones, está dada”.

(Damasco-Beirut, mayo de 2013)

Crónica en Siria (VII)

por: Mario Casartelli


Hay personas que me escriben solicitando que yo trate de reflejar la vida cotidiana en Damasco. Por ejemplo, cuál es la situación de la mujer, de una madre, respecto a las leyes vigentes; la de los niños, jóvenes y ancianos, la de los seres anónimos. Y lo entiendo. Hay tanto que ver y decir aquí, como en cualquier parte de mundo. Pero, a la vez, tan pocas jornadas (nada más que seis días) impiden ver mucho, sobre todo en un ambiente de estricto control –por el real peligro existente– como el de ahora, donde hasta hablar en la calle con un desconocido constituye un alto riesgo.

Incluso, intercambiar pareceres con nuestro propio guía no fue fácil -aunque nos veíamos todos los días-, porque debía atendernos a todos los visitantes. Y las actividades fueron intensísimas, con un promedio de tres visitas o entrevistas por día. En medio de ese tráfago también debíamos desgravar conversaciones y escribir, mientras sufríamos sabotajes en las señales telefónicas y de internet. Apenas nos quedaba tiempo para alimentarnos, asearnos y dormir.

Claro, en Siria me hubiera gustado compartir con la gente, con el pueblo, no sólo con autoridades; y preguntar, por ejemplo, sobre sus necesidades diarias, sobre costos de vida, alcances de sueldos, derechos sociales, inquietudes, disconformidades, etc. Pero no fue posible, principalmente por las razones expuestas. Entonces me resigno a hacer lo que mi precario alcance permitió. Y en función a eso escribo. Una anécdota cazada al azar, una información fugaz, una deducción a partir de cosas que se dicen -o se desdicen- o simplemente gestos de personas ante situaciones determinadas.

Así voy sumando granos de hechos tratando de construir alguna imagen pretendidamente veraz. Pero sé, de antemano, que es misión imposible. Pero algo es algo, me digo. Y prosigo. No obstante, confieso que me queda una sensación de impotencia al no poder recoger todo cuanto debiera. Pero es lo que me tocó vivir ahora en Siria. Razón por la cual, pido disculpas por no haber podido brindar más datos.

Otra gente supone que soy descendiente de sirios para haberme arriesgado a entrar en este mundo extraño a Occidente. Y otras hablan de mi “profundo compromiso con Medio Oriente”. Así, una sucesión de apreciaciones que no dejan de sorprenderme. Porque, hasta donde yo sé, no tengo ancestros árabes, aunque a estas alturas de la historia, eso es ya difícil precisar, debido al marasmo de pueblos que se han desplegado, durante siglos, por todo el orbe.

Recuerdo que estando yo en Ramallah, Cisjordania, los palestinos me preguntaron cosas parecidas. Y les dije que mi solidaridad con los palestinos –palestinos árabes, aclaremos, porque el Estado de Israel también está dentro de la Palestina geográfica– obedece a la injusticia que los israelíes cometen contra ellos. También les aclaré que para brindarles mi apoyo moral (único sostén con que cuento) me basta con querer justicia para todos en el mundo. Y les señalé que mi único afán es que ellos, los palestinos, se conviertan en un pueblo libre. Y que si alguna vez lograran reestablecer todos sus derechos conculcados y conformaran el Estado Palestino, entonces, yo me sentiría contento. Con la salvedad de que si ellos llegaran a cometer alguna vez contra cualquier otro pueblo lo que el gobierno israelí comete contra ellos, pues, desde ese momento, yo me pondría en contra del gobierno palestino, como lo estoy ahora contra el poder de los israelíes.

Es que para desear justicia no se necesitan lazos de sangre. Ella debe estar por encima de tales vínculos. E incluso cuestionar o condenar si algún hermano o hermana si incurriese en delito, teniendo en cuenta que una cosa es comprender y otra justificar. Mi único compromiso es con mi propio ser y mi único credo son los seres que habitan el planeta, más allá de cualquier nacionalidad. Como escribió José Martí: “Patria es Humanidad”. Tal vez no en vano alguien dijo que todo ser humano tiene dos patrias: la suya propia y Siria.

(Damasco-Beirut, mayo de 2013)